lunes, 16 de noviembre de 2015

Fumar y asma

Fumar es insalubre para todo el mundo, pero lo es especialmente para aquellas personas que tienen asma. Cuando una persona fuma, si tienen el asma o no, sus pulmones no pueden funcionar tan bien como deberían. La persona puede toser, cansarse más y sentir que le falta el aliento. El tabaco irrita las vías respiratorias, haciendo que se inflamen, se estrechen y se llenen de una mucosidad pegajosa -exactamente las mismas cosas que provocan los problemas respiratorios en las personas con asma. Por esta razón, si una persona con asma fuma, tendrá más probabilidades de tener crisis asmáticas más frecuentes y más graves.
Ser fumador entraña un riesgo obvio para la salud, pero estar cerca de personas que fuman - y convertirse en fumador pasivo al respirar el humo que ellas producen - también puede causar problemas. Los padres pueden ayudar a sus hijos en edad infantil o adolescente que tengan asma protegiéndolos de los efectos del humo del tabaco.
Los factores que empeoran las alergias o el asma se denominan desencadenantes. Fumar es un desencadenante para muchas personas que tienen asma. Es importante conocer los factores desencadenantes porque el hecho de evitarlos es el primer paso para controlar el asma. El tabaquismo debilita los pulmones. Cuando usted tiene asma y fuma, sus pulmones se debilitan más rápidamente. Fumar en torno a niños con asma también debilitará sus pulmones. 

Si usted fuma



solicítele ayuda al médico o al personal de enfermería para dejar de fumar. Hay muchas maneras para dejar de fumar. Haga una lista de las razones por las cuales desea dejar de fumar. Luego, establezca una fecha para dejar de fumar. Muchas personas necesitan intentarlo más de una vez. Siga intentándolo si no lo logra en un principio. 
Pregúntele a su médico respecto a: 
    * Medicamentos para ayudarle a dejar de fumar
    * Terapia de reemplazo de nicotina
    * Programas para dejar de fumar
El tabaquismo indirecto y los niños
Los niños que están cerca de otras personas que fuman son mucho más propensos a: 
    * Necesitar atención en salas de urgencias con más frecuencia.
    * Faltar a la escuela con más frecuencia.
    * Tener asma que es más difícil de controlar.
    * Tener más resfriados.
    * Empezar a fumar ellos mismos.
Nadie debe fumar en su casa. Esto lo incluye a usted y a los visitantes.
Los fumadores deben fumar afuera y usar un abrigo, el cual impedirá que las partículas de humo se le peguen a sus ropas. Ellos deben dejar el abrigo afuera o ponerlo lejos de un niño con asma. 
Pregúnteles si fuman a las personas que trabajan en la guardería, el colegio y a cualquier otra persona que cuide a su hijo. Si lo hacen, verifique que fumen lejos de su hijo. 
Manténgase alejado de restaurantes y bares que permitan fumar o solicite una mesa lo más alejada posible de los fumadores. 
Cuando viaje, no permanezca en salones en donde se permite fumar. 

El tabaquismo indirecto y los adultos
El tabaquismo pasivo o indirecto también causará más ataques de asma y agravará las alergias en los adultos. 
Si hay fumadores en su lugar de trabajo, pregúntele a alguien acerca de las políticas respecto a si se permite fumar y dónde. Para ayudar con el tabaquismo indirecto en el trabajo: 
    * Verifique que haya recipientes adecuados para que los fumadores boten sus colillas de cigarrillo y los fósforos.
    * Pregúnteles a sus compañeros quién fuma para mantener sus abrigos lejos de las áreas de trabajo.
    * Utilice un ventilador y mantenga las ventanas abiertas, si es posible.


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