viernes, 11 de septiembre de 2015

Fumadores pasivos

Son aquellas personas que, sin ser fumadoras, están expuestas con frecuencia al aire contaminado por el humo de tabaco (ACHT). El ACHT esta formado por el humo que se desprende del cigarrillo y por el humo que expulsa el fumador después de fumar. Es incluso más dañino que el humo que inhala el fumador, porque contiene mayores concentraciones de sustancias perjudiciales.
A modo informativo, el humo de un cigarrillo emana dos veces más alquitrán y nicotina que lo inhalado por el fumador. Por ello el nivel de monóxido de carbono en la sangre de los no fumadores se eleva al compartir una habitación con fumadores.
En los últimos 13 años se llevaron a cabo alrededor de 100 estudios en Estados Unidos sobre no fumadores compartiendo entornos con fumadores. En el 65 por ciento de los casos, se descubrieron efectos nocivos del tabaco sobre los mismo
Los niños son especialmente vulnerables a los efectos del tabaco. Según la OMS, alrededor de 250 millones de los niños que están vivos en el mundo hoy morirán por causa del tabaco.
Cáncer de pulmón:
Existen suficientes evidencias para afirmar que estar expuesto al humo del tabaco es una causa de cáncer de pulmón en no fumadores. El riesgo se incrementa en un 20% para las mujeres y en un 30% en el caso de los hombres. 
Enfermedades cardiovasculares:
Se ha demostrado que la exposición al humo está frecuentemente asociada con enfermedades coronarias. Los fumadores pasivos tienen un riesgo incrementado de infarto entre un 25 y 35%. 
Enfermedades respiratorias:
El humo del tabaco puede ser una causa en el desarrollo de enfisema y EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) en adultos no fumadores.
Los niños expuestos al humo del tabaco poseen un riesgo mayor de padecer enfermedades respiratorias graves: neumonía, bronquitis, asma infantil… que pueden aumentar las probabilidades de padecer otras enfermedades a lo largo de su vida. 
Otros efectos nocivos del humo del tabaco
La irritación nasal, de los ojos y de las vías respiratorias (tos, flemas …) son los efectos más frecuentes asociados con el humo del tabaco en el ambiente.
Embarazo y tabaquismo pasivo 
Cuando una mujer embarazada fuma, el feto debe ser considerado fumador pasivo, ya que los componentes del humo del tabaco (especialmente la nicotina y el monóxido de carbono), atraviesan la barrera placentaria, provocando diversas alteraciones entre las que destacan: 
Reducción del peso esperado del recién nacido para su edad gestacional (aproximadamente 200 gramos).  
Síndrome de muerte súbita del lactante.
Mayor riesgo de partos prematuros y abortos espontáneos.
Alteraciones placentarias, como desprendimiento prematuro de placenta y placenta previa (posición anómala de la placenta ocupando parte o totalmente el cuello uterino), que aumentan las complicaciones del embarazo y parto.
Infancia y tabaquismo pasivo 
Los hijos de padres fumadores padecen en mayor proporción infecciones respiratorias, crisis asmáticas y otitis que los hijos de padres no fumadores. 

 Si eres fumador:
Déjalo lo antes posible.
Si no quieres dejar de fumar, no fumes nunca en presencia de otras personas.
Si eres fumador pasivo:
Haz valer tus derechos y pide que nunca fumen en tu presencia.



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